La Leyenda de Sally
El verano era bastante bueno ese año. El sol, como siempre, traía calor a la piel. Las ligeras brisas que recorrían el bario hacia que no se sintiera tanto calor o frío. En si el clima era perfecto. Un verano que Sally jamás olvidara. Sally era una niña de 8 años, cabello largo y rizado de ojos verdes claro. era muy cortes, alegre y hacia lo que se le decía. Sus padres la adoraban, no podían pedir mas de ella. Sally reía mientras jugaba con sus amigos afuera de su casa. Jugaban a la rayuela, a las muñecas y las etiquetas. Su madre la mira desde adentro limpiándose las manos con su delantal, gritándole. “Sally! Es hora de que comas tu almuerzo!” levanto la vista de su juego sonriéndole “esta bien mamá” sentándose en la mesa, emocionada por que sabe que. Su madre le coloco un sándwich de mantequilla de maní con jalea, unos bastones de zanahoria, un apio alado y un jugo de naranja.” Gracias mami” “de nada cariño” la niña empezó a comer, mientras su madre se sentaba a su lado sonriéndole “